CANTA, CANTA, CANTA!!

Compartir


Me da un poco de vergüenza decir que hace poco hubo un tiempo en mi vida en el que se me quitaron las ganas de cantar. Mejor dicho, se me quitaron las ganas de cantar alabanzas. Si bien lo hacía en la iglesia, la canción en mi corazón estaba en silencio. No es la primera vez que me ha sucedido. Hace muchos años también me paso. La diferencia era que esa vez físicamente no podía cantar. Mi voz física se detuvo por una larga temporada, y me era imposible cantar. Casi sentía como si tuviera algo en mi garganta que no dejaba que mi voz saliera cuando quería cantar.
Pero esta vez era diferente. No había nada físico por decir así deteniéndome. Pero simplemente no quería, no podía y no lo hacía. Y como tonta caí en la trampa. Que podría decir que me tendió el enemigo, pero la que entre y se quedó allí fui yo.
Vez el diablo odia nuestra alabanza a Dios. Siempre ha sido así, gran parte de su auto destrucción fue el hecho de que el quería la gloria de Dios para sí mismo. Pero también él sabe muy bien lo que la alabanza hace en nuestras vidas.
Quiero que lo veas aquí en esta historia super conocida de la vida de Pablo y Silas. Te cuento lo que estaba sucediendo.
Pablo y Silas estaban en caminando y se encontraron con una joven esclava que tenía un espíritu que podía adivinar el futuro, esto les hacía mucho dinero a sus amos. Ella los seguía a Pablo y Silas diciéndole a todo el mundo que estos hombres habían venido a decirles como ser salvos.  Entonces Pablo ya cansado de esto se voltio y le ordeno al espíritu que se fuera de esta chica. En resumidas cuentas, los amos de esta muchacha se enfurecieron ya que su mina de oro se les acabo. Aquí está el resto de la historia en Hechos 16:

“19 Las esperanzas de sus amos de hacerse ricos ahora quedaron destruidas, así que agarraron a Pablo y a Silas y los arrastraron hasta la plaza del mercado ante las autoridades. 20 «¡Toda la ciudad está alborotada a causa de estos judíos! —les gritaron a los funcionarios de la ciudad—. 21 Enseñan costumbres que nosotros, los romanos, no podemos practicar porque son ilegales».
22 Enseguida se formó una turba contra Pablo y Silas, y los funcionarios de la ciudad ordenaron que les quitaran la ropa y los golpearan con varas de madera. 23 Los golpearon severamente y después los metieron en la cárcel. Le ordenaron al carcelero que se asegurara de que no escaparan. 24 Así que el carcelero los puso en el calabozo de más adentro y les sujetó los pies en el cepo.”

Hasta este momento vemos que después de liberar a esta muchacha todos se voltearon contra ellos y los desnudan y los agarran a golpes con palos de madera. No los golpearon un poquito, los golpearon severamente y encima los meten a la cárcel. No solo los meten a la cárcel si no que los aseguran para que no se escapen poniéndole cepo en los pies. Y para rematar no es cualquier calabozo si no el de más adentro posible.
No sé si alguna vez has puesto un pie en una cárcel. Quizá has visto algunas en las películas o en la Tv… cualquier cárcel que se te venga a la mente probablemente parezca un hotel de lujo a comparación del hueco en el que metieron a Pablo y Silas. No llamaron a un médico después de la tremenda golpiza que les dieron. Nadie les limpio las heridas, no les dieron comida, nadie los llevo a un baño, simplemente lo dejaron metidos en ese hueco, a lo mejor muy apestoso, pero definitivamente oscuro y sucio.

Pablo y Silas no tenían idea de que sucedería con ellos. Usualmente encarcelaban a las personas para esperar un juicio o una ejecución. Estaban allí quizá sintiendo un terrible dolor por sus heridas, en un lugar bastante inhumano sin embargo esto es lo que sucede a continuación:

“Alrededor de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban.”

Lo último que se me hubiera ocurrido hacer en esa situación probablemente hubiera sido orar y cantar. Siendo brutalmente sincera quizá estaría orando, pero en forma de queja o de lamento, y no en adoración a Dios. Estaría tan frustrada con el dolor físico, tan abrumada por la situación y por no saber que estaba por suceder que creo que mi reacción hubiera sido más una de miedo o de queja que de alabanza.
Y esa es la trampa. La trampa en la que caemos muchas veces. La que nos roba la oportunidad de levantar nuestras voces en canto aun medio de los momentos más oscuro de nuestra vida.

Estoy casi segura que física y quizá hasta emocionalmente ellos no querían cantar. Seguro les dolía hasta el pelo, seguro no podían ni respirar bien después de la golpiza, quizá apestaba terriblemente y se morían de hambre. Quizá en el fondo de su mente estaba la pregunta ¿y ahora como saldremos de esta?

Pero tomaron la decisión correcta.

Así es, Alabar a Dios muchísimas veces va a ser una decisión más que una emoción. Porque cuando miramos alrededor quizá en múltiples ocasiones todo alrededor te estará gritando y diciendo, “ no hay razón para cantar ahora”, “ todo es un desastre”, “mejor cállate y quéjate”

Yo me he sentido así. Muchas veces, al mirar mi situación y no ver ningún tipo de salida y tener que enfrentarlo día a día sentía las “ganas” de cantar morir poco a poco dentro mío. Estaba tan enfocada en mi alrededor que me estaba hundiendo sin saberlo. Cuando en realidad lo mejor podía hacer en ese momento es empezar a cantar.
No estoy hablando de poner cualquier canción “alegre” para distraerme. 
Estoy hablando de empezar a cantar a himnos o alabanzas que declaren y exalten quien es Dios y lo que El ha hecho en mi vida. Canciones que son declaraciones de fe, canciones que me hagan recordar su bondad, canciones que levanten mi fe. Canciones que entronen a Dios en medio de aun mi peor circunstancia. Canciones llenas de verdad y de la palabra de Dios.

La biblia está llena de ejemplos y de llamados a alzar nuestra voz en alabanza. Dios creo la alabanza para el si, pero para nuestro bien también. Si bien él nos creó para darle gloria y alabanza, en el momento en el cual nosotros empezamos a alabarlo y levantamos nuestras voces todo cambia. Quizá tu situación no cambie, pero tus ojos son abiertos, tu alma liberada y Cristo es glorificado en nuestras vidas ¡Y el enemigo sale corriendo! Donde había tristeza llega gozo, donde había desesperanza nos llenamos de fe y esperanza, al oír nuestra propia boca declarar las verdades de la grandeza y gloria de Dios nuestra alma es alentada y fortalecida.
Y a la vez Dios se mueve en medio de las alabanzas de su pueblo. Lo vemos en la biblia vez tras vez, en las murallas de Jericó, en la batalla de Josafat (2 Cronicas 20), en los salmos, El rey David amaba cantar y alabar a Dios, etc pero lo vemos aquí también en Hecho 16 al final de lo que paso con Pablo y Silas :

“26 De repente, hubo un gran terremoto y la cárcel se sacudió hasta sus cimientos. Al instante, todas las puertas se abrieron de golpe, ¡y a todos los prisioneros se les cayeron las cadenas! 27 El carcelero se despertó y vio las puertas abiertas de par en par.”

Dios nos ha dado un arma poderosa y es la alabanza. Si el enemigo logra callarte, te está robando de tu poder. Quizá era lo que menos tenía sentido de hacer, quizá no tenían ganas de hacerlo, quizá se sentían tan adoloridos que su canción no era para nada melódica pero igual lo hicieron. Igual hicieron un “sacrificio” de alabanza, alzaron sus voces a la media noche en el peor lugar posible y Dios irrumpió con poder. La alabanza desata el poder de Dios sobre nuestras vidas, la alabanza hace huir al enemigo, la alabanza fortalece nuestra fe, la alabanza rompe nuestras cadenas. Y muchas veces no solo nuestras cadenas si no la de los que están alrededor nuestro.

Uno de mis recuerdos más tempranos de cuando era chiquita, es de tener pesadillas y ver cosas en mi cuarto que me asustaban. Hasta ahora lo recuerdo. Entonces como cualquier criatura llamaba a mi mama. Ella venia y oraba conmigo. Pero como seguía sucediendo, un día mi Mama me enseño una canción. Super simple, pero increíblemente poderosa.
La canción decía así:
“ El poder esta en sus manos, 
Todo pertenece a Cristo. 
Venciste la muerte, también al maligno.
Cristo ha vencido en Gólgota.
Tiene el poder, todo el poder.
Cristo ha vencido en Gólgota.”

Tenía alrededor de 3 o 4 años pero la canción y su letra la tengo grabada en el corazón. Y lo que hicieron la noche que las cante también. Me fui a dormir, pero no podía, y al abrir mi ojos veía algo en la esquina de mi cuarto. Literal como si algo estuviera parado mirándome pero en el techo. Cerré los ojos y con toda la fe que una niña de esa edad puede tener empezó a cantar y sin tener gran entendimiento de la teología detrás de las letras saliendo de mi boca canté y cante hasta que al abrir mi ojos ya no había nada más en mi cuarto.

Yo sé de primera mano lo que hace la alabanza. No solo por ese momento que ha quedado por siempre conmigo, sino porque lo he visto y lo sigo viendo en mi vida. En los momentos más bajos de mi vida el enemigo siempre ha querido robar mi alabanza. Siempre ha querido callar mi canción. A veces físicamente pero siempre en mi corazón. Siempre me ha querido decir que no hay esperanza y que no hay razones para alzar mi voz en fe. Pero yo sé que apenas abro mi boca en fe, y empiezo a declarar en canto las verdades de Dios el enemigo se disipa. Sale corriendo porque no puede aguantar que alabemos a Dios y mucho menos en nuestras prisiones.

Quizá no te encuentres en una prisión física, quizá tu prisión sea en tu corazón. Quizá el enemigo ha logrado callarte. Quizá mires alrededor y no veas una razón para cantar.
CANTA igual. Es más canta aún más fuerte!
Alza tu voz en fe, alza tu voz en son de guerra, alza tu voz y mira como Dios actúa.  ¡Y si el enemigo te dice que no cantes porque nada pasara, CANTA UN MAS FUERTE!
Mira lo que dice Efesios 5 : 18-20
“18 No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo19 cantando salmos e himnos y canciones espirituales entre ustedes, y haciendo música al Señor en el corazón. 20 Y den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”

¿Quieres ver el poder de Dios en tu vida? Canta, da gracias a Dios, alábalo, levanta tu voz.
Que tu vida este inundada de alabanza, que nuestros hogares sean lugares llenos de alabanza, que nuestros hijos nos recuerden siempre con una canción de cuando es Dios en nuestros labios. Pelea por ti, pelea por tu fe, pelea por tu familia con la alabanza.
Busca canciones llenas de verdad. Canciones que te recuerden la grandeza de Dios. Que te recuerden lo que ha hecho por ti. Que te recuerden su gran bondad y su poder. Canciones que hablen de nuestra victoria en Cristo. Así como la cortita canción que mi mama me enseño pero estaba empacada de la verdad de la cruz. Deja que tu boca se abra y sea llena de alabanza. Que tu alma de oiga cantar, que te oiga declarar lo que Dios ha hecho y seguirá haciendo. Alimenta tu fe con alabanza y la palabra de Dios.
Ayer dirigí las alabanzas en la iglesia. Y me sentía morir. Físicamente me sentía muy enferma, y no tenía nada de fuerza ni ganas de dirigir las alabanzas, pensé en un momento que quizá me iba a desplomar de lo mal que me sentía. Para colmo se me corto la voz y casi no podía ni cantar. Pero yo sabía que tenía que hacerlo. Sabía que había orado tanto por esto y que Dios había puesto varias canciones en mi corazón por un propósito. Las primeras canciones me sentía super débil. Luego el Pastor predico sobre nuestro poder en Cristo y lo que eso implicaba.
La siguiente canción que había pensado en cantar se llama “ In Christ Alone”.
Antes de subir a cantar solo le dije a Dios necesito tu ayuda, no puedo físicamente más, pero no voy a dejar que nada me detenga. No te miento en ese mismo momento cuando empezó a cantar sentí como si me volviera la vida. Me sentí fuerte, me regreso la voz, y empezamos a declarar la letra de esa poderosa canción.

“Solo en Cristo se encuentra mi esperanza,
el es mi luz, mi fuerza, mi canto
esa piedra angular solida en la tierra,
firme atravez de las mas feroces sequias y tormentas,
que amor mas grande, que profunda paz, cuando los miedos se calman , cuando se deja de luchar !
mi confort, mi todo en todo
aqui en el amor de Cristo firme estoy.

Solo en Cristo! Quien se vistio de carne
plenitud de Dios en un bebe inocente!
este regalo de amor y rectitud
menospreciado por aquellos que el vino a salvar:
y en esa cruz cuando Jesus murio,
La ira de Dios quedo satisfecha
 cada pecado sobre el fue puesto;
aqui en la muerte de Cristo yo vivo.

ahi tierra su cuerpo yacia
la luz del mundo por las tinieblas murio:
luego salio triunfante un dia glorioso
desde la tumba el se levanto de nuevo!
y permanece en victoria
la maldicion del pecado a perdido su dominio en mi por que soy de el y el es mio
comprado con la sangre preciosa de Cristo

No hay culpa en la vida, no hay miedo en la muerte, el poder de cristo esta en mi;
Desde el primer llanto hasta el ultimo respiro
Jesus manda mi destino
no hay poder del demonio, no hay esquema del hombre
jamas podra arrebatarme de su mano;
hasta que el regrese o llame a casa
aqui en el poder de Cristo estare de pie.”



Esta canción está llena del evangelio, declara nuestra salvación, la victoria de Cristo, y nos lleva declara una y otra vez la razón por la cual aún estamos de pie. En el poder de Cristo, solo en Cristo hasta que el regreso o me lleve a casa estamos de pie solo por su poder.
Mi alma y aun mi cuerpo fueron alentados al abrir mi boca en fe y alabar a Dios con alabanza llena de verdad y su palabra. Al oír las voces de las personas en la iglesia cantar a todo pulmón conmigo solo podía sonreír y cantar más fuerte.  No dejes que nada, ni nadie robe tu canción. Que nadie robe tu alabanza.
Deja que Dios entre en tu situación, Dios está en medio de las alabanzas de su pueblo (Salmo 22:3). El demuestra su poder cuando su nombre es engrandecido.
Es mi decisión, y quiero hacer mi habito de vida el llenar mi vida y la de mi familia de alabanza.
Y enseñarles a cantar en toda situación.

Ten animo, alza tu voz y canta!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Que quiere Dios que haga

Lo más leído de la semana

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Que quiere Dios que haga